Conceptualización
Estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Consiste, básicamente, en una movilización de recursos: fisiológicos y psicológicos para poder afrontar tales demandas.
Se puede entender como el estado de tensión que se produce por la elevada exigencia ejercida sobre una persona. Deriva del inglés stress, ‘tensión'
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual, puede conducir a una condición patológica.Cuando la respuesta natural se da en exceso y en forma prolongada o crónica, se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías que impiden el normal desarrollo y funcionamiento de la persona. El estrés crónico está relacionado con los trastornos de ansiedad.
Componentes.
El estrés se puede manifestar de diferentes maneras, pero generalmente contiene los siguientes componentes:
* Exceso de carga de trabajo sin el descanso necesario. Mucha exigencia o trabajo que se da en largas jornadas de esfuerzo (estudio o trabajo) sin el descanso o sueño necesarios.
* Un trabajo sin propósitos claros y sin resultados positivos. Emprender acciones desordenadas, sin una visión definida de lo que se quiere y sin ver avance ni resultados positivos de tales acciones.
* Paralizarse y no hacer nada; sólo pensar en lo que hay que hacer, pero sin actuar. Es detener la acción, no abordar lo que se debe realizar, pero “torturarse” pensando en que se debiera estar haciendo tal o cual cosa.
La mayoría de las personas puede presentar todos estos componentes de manera alternada.
Síntomas
Un estrés patológico o dañino, puede presentarse con varios de los siguientes síntomas, a nivel físico y/o emocional:
Físico: Cansancio, decaimiento, tendencia a enfermarse, alergias, dolores musculares, frecuentes accidentes, insomnio-somnolencia, trastornos del apetito.
Emocional: Angustias, irritabilidad, temores, fobias, falta de ánimo, desconcentración, disminución del rendimiento, preocupación excesiva, retraimiento, tendencia a pelear o discutir con las personas cercanas.
Recomendaciones
Cuidar el Cuerpo: Alimentarse bien, descansar y dormir lo suficiente, hacer alguna actividad física agradable (caminar, bailar, hacer un deporte, andar en bicicleta, etc.), aprender y repetir varias veces al día, algún ejercicio sencillo de relajación (respirar profundo, estirar los brazos hacia arriba y luego hacia abajo exhalando).
Cuidar la Mente y el Corazón: ser optimista; desechar los pensamientos negativos y las actividades inútiles. Ser realista; no esperar la perfección. Saber buscar y encontrar ayuda. No acumular tareas ni dejar cosas pendientes. Priorizar; evaluar lo importante y posponer lo secundario. Renovarse; hacer algo nuevo, idear nuevas estrategias.